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Cultura que mueve nuestra asociación

ASOCIACIÓN APOSTOLADO DE LA DIVINA MISERICORDIA






La cultura es el conjunto de elementos y características propias que, en su conjunto, caracterizan y singularizan la asociación. Incluye aspectos como las costumbres, las tradiciones, las normas y el modo de un grupo de pensarse a sí mismo, de comunicarse y de construir una sociedad.

Presentar la cultura de esta asociación es presentar todos los rasgos que describen su modo de ser y su modo de hacer hoy. Sin pretensión de ser exhaustivos presentamos los siguientes:

1. La experiencia personal de la misericordia de Dios. Los miembros de esta asociación sienten la necesidad de profundizar en el conocimiento del misterio de la misericordia Divina y en hacer presente la misericordia de Dios a través de la acción, la palabra y la oración en el mundo contemporáneo. “Te doy tres formas de ejercer misericordia al prójimo: la primera, la acción, la segunda, la palabra y la tercera, la oración. En estas tres formas está contenida la plenitud de la misericordia y es el testimonio irrefutable del amor hacia Mi” (Diario, 742).

2. La conciencia de misión: Como miembros de la Iglesia, se sienten llamados a difundir el culto y proclamar la verdad de la Divina Misericordia a través del testimonio de vida intentando en todas las circunstancias de la vida proclamar la verdad de Dios rico en misericordia, animando al prójimo a la confianza en Él, y también otorgándoles una palabra de perdón, de corrección fraterna y de consuelo. “Hija Mía, habla al mundo entero de la inconcebible misericordia Mía.” (Diario 699). “Hija Mía, exijo de ti obras de misericordia que deben surgir del amor hacia Mi. Debes mostrar misericordia al prójimo siempre y en todas partes. No puedes dejar de hacerlo ni excusarte ni justificarte.” (Diario, 742).

3. Implorar la Divina Misericordia para el mundo. Los miembros de esta asociación realizan esto a través de la oración, especialmente a través de la práctica de las formas de culto transmitidas por Santa Faustina: la veneración de la imagen de Jesús Misericordioso, el rezo diario de la Coronilla a la Divina Misericordia, la práctica de la oración en la Hora de la Misericordia y la celebración de la Fiesta de la Divina Misericordia, así como a través de ofrendas espirituales realizadas con la intención de implorar la misericordia de Dios para el mundo. “Reza incesantemente esta coronilla que te he enseñado. Quienquiera que la rece recibirá gran misericordia a la hora de la muerte” (Diario,687)

4. La experiencia concreta de compartir: Ponemos en común lo que somos y tenemos: nuestras personas, nuestras habilidades, nuestro tiempo…, en definitiva nuestros dones y carismas. “Lo poseían todo en común y nadie consideraba suyo nada de lo que tenían” (Hch. 4,32)

5. La vivencia de la austeridad: Intentamos vivir la vida con sencillez y modestia de medios: “No andéis agobiados pensando qué vais a comer o a beber, ni por el vestido, pensando con qué os vais a vestir... Fijaos en los pájaros: ni siembran ni siegan, ni almacenan, y sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta...” (Mt. 6, 25-34)

6. La relación con los pobres: Sentimos cercanía y convivencia con los pobres, de acuerdo a la opción profética de vivir en la periferia o con personas en situación de exclusión o sin ninguna influencia. Los ciegos ven y los cojos andan, lo leprosos quedan limpios y los sordos resucitan y a los pobres se les anuncia la buena noticia”. (Mt. 11,4)

7. La experiencia real de pobreza evangélica: Pobreza real y disponibilidad espiritual a la voluntad de Dios Padre y a las exigencias del Reino y de la Iglesia “Las zorras tienen madrigueras y los pájaros nidos, pero este Hombre no tiene donde reclinar la cabeza”. (Mt. 8,20)

8. La lógica del don: Tenemos la conciencia de que todo es don y gracia. Con la generosidad y la entrega desinteresada, queremos darle el mayor espacio posible al Espíritu del sosiego interior; “Curad enfermos, resucitad muertos, purificad leprosos, expulsad demonios. Gratis lo recibisteis; dadlo gratis”. (Mt. 10, 8-10)

9. La confianza en Dios: En la escuela de espiritualidad de santa Faustina Kowalska, la palabra confianza significa la actitud del hombre ante Dios. En la parte de debajo de la imagen que Cristo encomendó pintar a santa Faustina, están las palabras: Jesús, en ti confío, porque la confianza es la primera respuesta del hombre que conoce y experimenta el anticipante amor misericordioso de Dios. Vivir en plena actitud de confianza nuestra vida ordinaria entendida como una actitud de carácter dinámico hasta llegar a la entrega total a Dios en todas las dimensiones de la vida; “Las gracias de mi misericordia se toman con un solo recipiente y éste es la confianza. Cuanto más confíe un alma, tanto más recibirá. Las almas que confían sin límites son mi gran consuelo, porque en tales almas vierto todos los tesoros de mis gracias. Me alegro de que pidan mucho, porque mi deseo es dar mucho, muchísimo. Me pongo triste, en cambio, si las almas piden poco, estrechan sus corazones” (Diario, 1578).