Martes, 24 de diciembre de 2024
Un centenar de cenas de Nochebuena y reparto de abrazos para dar calor de hogar a los que duermen en la calle en Valencia
Un grupo de voluntarios de la Asociación Apostolado de la Divina Misericordia recorrerán el martes la Cruz Cubierta, La Torre, Fuente de San Luis, Guillem de Castro, la calle Colón y Campanar para pasar la velada con personas sin hogar
Lola Soriano Pons
Por desgracia no todo el mundo celebra la Nochebuena reunido con la familia o los seres queridos. Los que nada tienen, las personas que duermen en la calle, que parecen invisibles para buena parte de la sociedad, no siempre tienen esa suerte que otros no valoran. Por eso, en una jornada tan especial como la Nochebuena, también hay valencianos que prefieren posponer durante unas horas el calor de hogar para hacer más felices a los que no tienen vivienda.
Ese es el caso de los voluntarios de la Asociación Apostolado de la Divina Misericordia de Valencia, con sede en la parroquia de San Francisco de Borja de Valencia.
El martes primero prepararán el menú navideño, luego celebrarán una misa en la iglesia situada en la calle Cuba 53 y luego, entre las 20.30 y 21 horas, recorrerán varios puntos de la ciudad para repartir un menú calentito, donde tampoco faltarán los dulces de Navidad.
«Nosotros en lugar de celebrar la Misa del Gallo, a las 00 horas, realizamos la misa a media tarde y, luego hacemos una ruta por distintos puntos de Valencia donde hay personas sin hogar o en asentamientos. Durante todo el año salimos los miércoles, pero en Nochebuena tampoco podemos faltar«, explica Pedro Miret, presidente de esta asociación de Apostolado y párroco de San Francisco de Borja.
En la noche del martes visitarán la Cruz Cubierta, la Fuente de San Luis, Benimaclet, la céntrica calle Colón, el entorno de San Agustín y Guillem de Castro, Gran Vía-Fernando El Católico, la zona de Nuevo Centro en Campanar, la calle Hospital y la pedanía de La Torre.
Entre los voluntarios que asisten a la entrega del centenar de cenas solidarias se encuentra José Requena. «Llevo ya ocho o nueve años participando. Ayudamos a hacer la cena y luego la entregamos calentita. Para hacer apostolado, no se trata sólo de repartir comida, se crean también vínculos de amistad y también acudimos a celebrar sus cumpleaños o incluso visitaremos en el hospital a una mujer que le quedan unos días para dar a luz», detalla José.
Como hay que hacer un menú que tenga en cuenta a las personas que por su religión no pueden tomar porcino, «haremos pechugas de pollo con puré de patatas y ensalada. También les llevamos turrones y tenemos una voluntaria, una mujer de unos 70 años, que todos los años compra panetones y les encantan».
Entre los voluntarios, muchos de ellos ataviados con los gorros de Papá Noel, hay vecinos de todas las edades, «desde personas mayores, a jóvenes de 18 años e incluso estudiantes Erasmus que están en Valencia estudiando y son de Brasil, Venezuela, Colombia o de Italia», añade Miret.
En este recorrido no sólo reparten la cena de Nochebuena, también les obsequian con un repertorio de villancicos y reparten abrazos, esas muestras de cariño que dan más calor y bienestar que la propia comida. «Es importante compartir con ellos la alegría de la Navidad y hablar de 'projimidad', no se puede vivir la Navidad sin pensar en el prójimo que está padeciendo», añade el párroco.
En la tarde de Reyes, el 5 de enero, además, organizarán un acto en la parroquia donde no faltará la visita de los Reyes Magos, la tarde de juegos y los regalos.
Fotografías de Archivo
